La harmonía de empezar la aventura, el concerse, el cuestionar circuitos, el mostrar posibilidades. Todo va de cara para sembrar esa confianza en el proyecto que va creciendo. Es una fase inicial donde el equip técnico de APM (proveedor) y el cliente, van gestionado cada uno de los aspectos a tener en cuenta. Dependiendo del abaste del proyecto puede ser más o menos complejo.

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Una fase un tanto engañosa por su calma y tranqulidad. Se establece la dinámica de dia de implementación semanal con deberes a realizar. El avance permite ir viendo como los puntos inicialmente definidios se van entrando en el sistema, y la base de información va quedando documentada para sistematizar los procesos de gestión de la empresa y se da formación para  la operativa ERP vinculada al trabajo.

No la ponemos de color rojo per casualidad. Si existe el momento catársis, es en esta fase precisamente. Después de meses trabajando y documentar circuitos, se decide arrancar con el sistema, y el caos reina durante un tiempo. Si le sumamos las horas dedicadas, y que aún no sale nada... casi todos los clientes abandonarían el proyecto. Pero no. Se tiene que confiar y avanzar. sin dudar.

Después de la tormenta llega la calma. Un tormenta de grado 3 que conlleva encontrar el antídoto para el virus del miedo, del coste económico y de la gran incertidumbre. Una vez arrancado el sistema, se trabaja con el cliente para argumentar porque las horas de implementación deben seguir existiendo y porque técnicamente siempre quedan temas abiertos por solucionar.